Administración Pública: renovación y nuevas reglas del juego

Se está produciendo un fenómeno de un envejecimiento muy elevado de los empleados públicos en nuestras administraciones públicas.

De esta manera, se estima que en algunas administraciones del país, en los próximos doce años desaparezcan el 85% de los empleados públicos que ocupa un puesto de dirección o, incluso, técnicos y titulados superiores. Y este conocimiento habrá que reponerlo.

Es cierto que eso también es una oportunidad, porque tenemos gente joven muy bien formada, muy bien preparada y muy motivada para defender el bien común y el interés general en valores públicos.

Además, están plenamente digitalizados, con lo cual es una enorme oportunidad. Ahora bien, si la administración pública no cambia sus reglas del juego en gestión de recursos humanos, evidentemente, estos estudiantes no van a acceder a la administración pública porque la van a descartar.

Los sistemas de selección son muy poco atractivos para la juventud, porque puede implicar perfectamente cuatro años de media para prepararte una oposición memorizando temas, con lo que muchos de los bonos efectivos no se van a plantear trabajar en la administración pública sino la empresa privada.

A parte, en el caso que alguno acceda, lo va a hacer con unas reglas de juego totalmente anticuadas. Por tanto, ahora es una gran oportunidad para cambiar las reglas del juego, no con los empleados que están dentro, que no se pueden cambiar de forma retroactiva, sino con los empleados que tienen que venir en el futuro que calculo que, en España, pueden ser un millón de nuevos empleados públicos en los próximos diez años.

La administración pública cuesta reformarla. No es algo único de España o la América Latina, sino en todo el mundo. Eso significa que todas las administraciones públicas tienen problemas y bastante parecidos.

Ahora bien, la situación de España es una situación especialmente continental, de un modelo muy envejecido que hace que tengamos más problemas que los países de nuestro entorno. Eso lo vemos, por ejemplo, con los sistemas de elección, pues hay cantidad de modelos alternativos en nuestro entorno.

Tenemos casos de contratación semi-empresarial, como en Dinamarca, pero también sistemas, incluso en América Latina, con agencias reguladoras que gestionan un máster del que aceptan los expedientes más brillantes y de allí hacen una selección de los diez mejores alumnos, que pasan a ser funcionarios de carácter fijo.

A esos alumnos ya los han podido evaluar, saben perfectamente sus competencias. Hay muchos mecanismos distintos para mejorar los sistemas de selección. En cuando a directivos públicos profesionales, todos los países más avanzados de nuestro entorno, como Italia, Portugal o incluso Chile, lo tienen desde hace años.

Este es un déficit escandaloso. Todos tenemos problemas a nivel internacional, pero España, especialmente, tiene un sistema de gestión de recursos humanos y de garantías y calidad institucional mucho más atrasado.

Carles Ramió es catedrático de ciencia política y director del Máster en Políticas Públicas en la UPF Barcelona School of Management.

FUENTE: LA VANGUARDIA